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Título: Las Troyanas
Autor: Eurípides. Introducción, guía didáctica y traducción de Francisco Aparicio Aliseda.
Lugar ed.: Sevilla
Editorial: Prosopon
Ano ed.: 2002
Páxs.: 78
Nos
sitúa Eurípides en el último día de Troya. La flota está pronta
a partir, y las troyanas están siendo sorteadas.Poseidón se lamenta
de Troya, la ciudad que protegía, debido a la inminente destrucción
que le acaece en manos de los griegos. Ante él se presenta la diosa
Atenea, su rival en esta guerra, indignada porque han sacado a
Casandra del templo donde le rendía culto, por ello no favorecerá a
los griegos en su regreso.Hécuba, muestra la desesperación de los
vencidos. “Arde Ilión, ¡gimamos!”. Pregunta por el destino de
cada troyana, que no puede ser otro que el ser malmaridadas con algún
vencedor. Andrómaca ha sido asignada al hijo de Aquiles, Hécuba, a
Odiseo, Casandra, su hija, a Agamenón, Políxena también hija de
Hécuba, ha de ser sacrificada en la tumba de Aquiles, creando un
gran efecto dramático. Casandra, canta su canción de boda, su
himeneo, lleno de odio contra Agamenón, anunciando que será su
boda, la causa de la ruina del jefe militar de los aqueos.Los aqueos
deciden matar al hijo de Andrómaca y Héctor despeñándole por los
muros de Ilión.Menelao aparece en escena para llevarse a Helena,
prometiendo matarla en Esparta, donde no quieren ir las prisioneras,
por ser la cuna de sus males. Hécuba alaba la decisión de Menelao
de matar a Helena, mas le advierte sobre los encantos de esta mujer y
la posibilidad de que le vuelva a enamorar en el viaje.Helena se
defiende argumentando que la culpa es de Príamo, que no mató a
Paris cuando nació, dando cumplimiento tal y como estaba profetizado
al destino de Troya, que iba a ser destruida si el niño no moría.
Culpa también a Afrodita que, en el famoso juicio de Paris, prometió
concederle a éste el lecho de Helena. Paris había sentenciado que
era la más bella de las diosas en contienda, y prefirió este premio
al de Atenea, que le ofrecía la conquista de Grecia, o al de Hera
que le ofreció Europa y Asia si la elegía.Hécuba le responde que
no fue Afrodita la vencedora, sino Afrosine, la lujuria, y que a
todas sus insensateces dan los hombres el nombre de Afrodita.La obra
cobra más dramatismo aún con el pequeño cuerpo de Astianacte, el
hijo de Héctor y Andrómaca, que es recibido por Hécuba para que
sea enterrado por instrucciones de su madre, que ya ha
partido.Termina con las instrucciones a los soldados para que quemen
Troya, partiendo las prisioneras en las naves aqueas hacia su
incierto destino.
Etiquetas: Eurípides, Teatro